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Nutrición digestiva

A mi consulta acuden cada vez más personas conviviendo diariamente con problemas digestivos, como gases, hinchazón, ardores, reflujo, diarrea, estreñimiento o la sensación de no sentarles bien algunos alimentos. Si te identificas con alguno de estos casos, estás en el lugar adecuado porque yo puedo ayudarte. Son muchas y diversas las patologías que trato en pacientes: Enfermedad inflamatoria intestinal (EII), síndrome de intestino irritable (SII), sensibilidad al gluten no celiaca (SGNC), celiaquía, enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), Helicobacter pilory… ¿Quieres contactar conmigo?

La importancia del diagnóstico médico

Lo ideal sería llegar a la consulta de nutrición con un diagnóstico médico (recordad que el profesional es quien estudia tu caso, prescribe pruebas y se encarga del diagnóstico) y las pruebas necesarias realizadas para un abordaje adecuado. Pero muchas veces no es así y lo que nos encontramos son pacientes que ya no saben qué comer para sentirse mejor, lo cual puede llegar a desesperar anímicamente, ya que comer es algo que hacemos a diario.

Evitando algunos errores típicos

Un error muy común cuando nos enfrentamos a problemas digestivos es eliminar grupos enteros de alimentos sin orientación profesional. Con la intención de mejorar empezamos a restringir cosas a la espera de ver si mejoran los síntomas: quito gluten, quito lactosa, hago ayunos… En ocasiones, remiten un poco los síntomas pero terminan apareciendo de nuevo. En otras, incluso dejamos de hacer planes con amigos para evitar comer fuera, por miedo a encontrarnos mal.

Restringir alimentos sin un plan adecuado puede conducirnos a deficiencias nutricionales importantes, aumentar el estrés relacionado con la comida e incluso desarrollar una relación poco saludable con los alimentos. ¿Y siempre es la comida la responsable? Si eres celiaco y comes gluten sí. Si eres intolerante a la lactosa sin diagnosticar también es posible. Ambas situaciones se pueden diagnosticar desde Atención Primaria.

Nutrición digestiva

Te entiendo perfectamente y ¡quiero ayudarte!

Comprendo el malestar que sientes. Me encantaría acompañarte y ayudarte a entender que el mejor abordaje es aquél que encaja con la situación personal del paciente, siempre desde el conocimiento y el trato individualizado. La clave está en encontrar el equilibrio, es decir, aliviar los síntomas sin comprometer la nutrición ni la calidad de vida. Con mi ayuda profesional descubrirás herramientas para mejorar tu salud física y emocional. Solicita más información gratis y sin compromiso »

A mi consulta acuden cada vez más personas que conviven diariamente con problemas digestivos, como gases, hinchazón, ardores, reflujo, diarrea, estreñimiento o la sensación de no sentarles bien algunos alimentos. Si te identificas con alguno de estos casos, estás en el lugar adecuado porque yo puedo ayudarte.

Nutrición digestiva

Son muchas y diversas las patologías que atiendo: Enfermedad inflamatoria intestinal (EII), síndrome de intestino irritable (SII), enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), celiaquía, sensibilidad al gluten no celiaca, Helicobacter pilory…

La importancia del diagnóstico médico

Lo ideal sería llegar a la consulta de nutrición con un diagnóstico médico (recordad que el profesional es quien estudia tu caso, prescribe pruebas y se encarga del diagnóstico) y las pruebas necesarias realizadas para un abordaje adecuado. Pero muchas veces no es así y lo que nos encontramos son pacientes que ya no saben qué comer para sentirse mejor, lo cual puede llegar a desesperar anímicamente, ya que comer es algo que hacemos a diario.

Evitando algunos errores típicos

Un error común cuando nos enfrentamos a problemas digestivos es eliminar grupos enteros de alimentos sin orientación profesional. Con la intención de mejorar empezamos a restringir cosas a la espera de ver si mejoran los síntomas: quito gluten, quito lactosa, hago ayunos… En ocasiones, remiten un poco los síntomas pero terminan apareciendo de nuevo. En otras, dejamos de hacer planes con amigos para evitar comer fuera, por miedo a sentirnos mal.

¡CUIDADO! Restringir alimentos sin un plan adecuado puede conducirnos a deficiencias nutricionales importantes, aumentar el estrés relacionado con la comida e incluso desarrollar una relación poco saludable con los alimentos.

Te entiendo y ¡quiero ayudarte!

Comprendo el malestar que sientes. Me encantaría acompañarte y ayudarte a entender que el mejor abordaje es aquél que encaja con la situación personal del paciente, siempre desde el conocimiento y el trato individualizado.

Nutrición digestiva

La clave está en encontrar el equilibrio, es decir, aliviar los síntomas sin comprometer la nutrición ni la calidad de vida. Con mi ayuda profesional descubrirás herramientas para mejorar tu salud física y emocional.

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